lunes, 18 de junio de 2012

Si Hulk fuera argentino (Revista SH junio de 2012)

Bruno Ibáñez. 35 años. Supervisor del Depto. De radiología del Hospital de Clínicas. Inspirado en el trabajo de su pariente lejano Bruce Banner, reconocido por sus logros en el aumento de la fuerza muscular como respuesta al stress y la ira, decidió imitar el experimento original, sometiéndose a una peligrosísima exposición a los rayos gamma (aprovechando un día con pocos fracturados).

¡HORROR! ¡Un accidente produce una inesperada sobrecarga en la maquinola que te tira rayos gamma, que por otra parte era completamente esperada (ya que el experimento original incluía una parte inesperada)! ¡Y ahora, cada vez que Bruno Ibáñez se violenta sufre una asombrosa METAMORFOSIS!

Sus músculos se hinchan como vejigas llenas de agua pesada; sus miembros adquieren la portentosa contextura de un tronco de quebracho laqueado en adamantium líquido; pero la clave que lo convierte en una invencible maquina de destrucción ¡está en su ira salvaje e incontrolable, un ruidoso tsunami de descontento haciendo estallar en pedazos todo dique de racionalidad!

¿Y qué hace entonces Bruno Ibáñez, el Hulk argentino? ¿Sale dando saltos a destrozar tanques de acero? ¿Escala los rascacielos porteños para arrojar rocas de varias toneladas a las fuerzas del Orden o el Caos, según quién sea su némesis momentáneo?

¡No! ¡Fiel a su idiosincrasia de origen, toma entre sus amenazadores dedos de bordes cuadrados una birome Bic color negra (trazo grueso) y escribe una indignadísima carta a La Nación! ¡Pero qué PEDAZO DE CARTA! ¡Se trata de una carta con 25 epítetos por renglón, donde ni el Gobierno ni la “Opo” ni los Políticos ni los Medios ni la AFA ni los Villeros se salvan de su iracunda prosa! ¡Una carta donde la Indignación parece salpicar de jugo de venitas hinchadas a quien la lee! ¡Una carta donde las palabras “Señor Director”, “Dolor”, “Indignación” y “Hasta Cuándo” repican y se repiten como una potente ametralladora de lugares comunes!

A veces, Bruno Ibáñez va al banco y lo hacen esperar… ¡Y entonces, luego de la monstruosa transformación que se revela ante el horror de bancarios, guardas y jubilados, hace lo que mejor sabe hacer: Quejarse con su compañero de cola! ¡Y suelta un abrumador ataque de “Cuarenta personas esperando y dos cajeros, a vos te parece… Lo que pasa es que somos muy dóciles, somos muy dóciles… Acá nadie se queja… Por eso estamos como estamos… Qué vergüenza…” cargado de la incontrolable fuerza de la Energía Gamma!

¿Un oscuro Supervillano proveniente de la Zona Negativa llega a nuestra dimensión acompañado por un letal ejército de parásitos voladores que absorben la energía vital mediante unos aguijones extensibles de cinco metros de largo? ¡No teman! ¡La bestia, la fiera, el Iracundo Bruno Ibáñez está aquí para hacerse cargo de la situación! ¡Y agarra y llama a Crónica TV, para luego declarar ante sus cámaras –con los poderosos músculos de su ceño frunciéndose con una fuerza tal que podría partir nueces colocándoselas entre los ojos- que “esto viene pasando desde hace años, vienen estos Supervillanos y la Policía no hace nada, esta es una dimensión liberada. ¡Sinvergüenzas! ¡Nosotros les pagamos el sueldo!”. ¡Y lo hace con la Intensidad Gamma propia de Hulk: llamando a Crónica TV no una, sino diez, quince, veinte veces si es necesario y que vengan las veces que haga falta, qué tanto ni qué tanto!

Porque Bruno Ibáñez, como buen coterráneo nuestro, en realidad no se enoja. Medio que se indigna, medio que hace una pantomima de enojo, viste, una imitación de lo que él considera que debería ser un tipo enojado. Hace gestos, resoplidos, se le pone la voz aguda. “Your voice kind of raises to this comedic pitch”, como le decía el intraducible George Costanza a su amigo Seinfeld.

Y luego, mientras la ciudad es devastada por los parásitos interdimensionales, le dirá a su mujer algo tipo “no, porque a mí por las buenas me sacan hasta la camiseta, pero viste cómo me pongo cuando me sube la tanada”.



(No encontré el nombre del ilustrador)

1 comentario:

HULK SMASH! dijo...

El que le dibujó esa vulva a Júlc no tiene perdón.