En una parte del libro, a Torquemada se le enferma su hijito, al que adora. Necesita un Milagro, pero consciente de que su ocupación y personalidad no debían granjearle la simpatía Divina, decide hacer un acto de generosidad para equilibrar la balanza a su favor. Sale a buscar a sus conocidos y acreedores, para ofrecerles plata sin interés alguno, pero resulta que por el momento ninguno está necesitado de dinero. “¡Justo ahora!”, se queja amargamente Torquemada.
El niñito empeora. Empieza a nevar, y Torquemada sale a la calle desesperado para regalarle su sobretodo a algún linyera (claro que antes de salir, ¡deja el sobretodo nuevo que venía usando y agarra el viejo!). Por fin encuentra un linyera que se cagaba de frío en la calle y le regala el abrigo; vuelve esperanzado a casa, y para terminar de convencer a Dios de que es merecedor del Milagro, le cuenta la cosa a su esposa, diciendo cosas como “Por supuesto, mujer, lo hice espontáneamente… Tú sabes que soy una persona muy generosa, siempre estoy dando a todo el mundo…” El tipo cree que le puede meter el perro a Dios. Lamentablemente, no lo logra.
Si alguna vez logro escribir una escena un 10 % tan patética y humana como ésta, me jubilo contento. Lo que pasa es que -además del talento que siempre está por verse- se me ocurre que sólo para que te salga una escena así, tenés que escribirte un libro entero de 400 pags., como el de Pérez Galdós. ¡Ñales!
El niñito empeora. Empieza a nevar, y Torquemada sale a la calle desesperado para regalarle su sobretodo a algún linyera (claro que antes de salir, ¡deja el sobretodo nuevo que venía usando y agarra el viejo!). Por fin encuentra un linyera que se cagaba de frío en la calle y le regala el abrigo; vuelve esperanzado a casa, y para terminar de convencer a Dios de que es merecedor del Milagro, le cuenta la cosa a su esposa, diciendo cosas como “Por supuesto, mujer, lo hice espontáneamente… Tú sabes que soy una persona muy generosa, siempre estoy dando a todo el mundo…” El tipo cree que le puede meter el perro a Dios. Lamentablemente, no lo logra.
Si alguna vez logro escribir una escena un 10 % tan patética y humana como ésta, me jubilo contento. Lo que pasa es que -además del talento que siempre está por verse- se me ocurre que sólo para que te salga una escena así, tenés que escribirte un libro entero de 400 pags., como el de Pérez Galdós. ¡Ñales!
24 comentarios:
Y sì. Hay gente que cree que, al llegar a las puertas del cielo, puede dar el nombre cambiado.
Benito Pèrez Galdòs, es Benito Pèrez Galdòs. Deberìas estar orgulloso que colaboro con vos!!!
¿Y si la agarramos y la dibujo toda con palomitas y canales y cosas de venecia?
No, y... yo decía, srita.
a ver
'''''
y ahora
y ahora
otra prueba
¡Ñales! también suena a pañales.... pero esa sería la queja de ua madre
¡Cuánta alegría reparte esta tómbola!
Se me vienen cataratas de torquemadeces presenciadas !!!
Uy si y después subí dibujitos de góndolas, tenés no?
Perdón, ¿es éste el blog afiliado a la Cámara de Fomento del Canibalismo?
La versión condensada de este libro sería: "un usurero trata de redimirse para salvar a su hijo y no lo logra".
Las otras 399 son para las ilustraciones hechas por el maestro P.
Ya mismito estoy pasándole el link de este blog al intendente de Venecia. No te extrañe si hay una ordenanza municipal reclamando tu cabeza... "las palomas ésas de mierda", ¡'brase visto! ¡ñales!
"Fayo is a 23 year old woman from Oman."
qué??
Es lo más parecido a un “blog de Fayó” que encontré.
No tenías algo más depresivo para postear, eh.
Con el frío que hace.
Muy bueno el relato, la historieta, todo.
Es cierto que una escena así no le sale a cualquiera; si no hubieras mencionado a Galdós y si no hubiera leído yo Los Miserables, habría pensado que es una escena de Los Mismos.
¡Lo sabía!
"El tipo cree que le puede meter el perro a Dios."
Sos Wimpi reencarnado, admitilo.
ahora el comentarismo va mucho mejor, sí sí
Ñales!!!
al fin pude comentar!!!!
Ñales!!!
las palomas son las ratas del aire.
Faltó que dijera "Pigeons? Bah, humbug!"
Máster, tiene mucha semejanza con Ebenezer Scrooge, del Cuento de Navidad de Charles Dickens. Un prestamista igual de miserable y despectivo.
Mirá si con este tiempo fresco se te aparecen los fantasmas de los comentaristas pasados, presentes y futuros, mejor sentate a hacer fichus ahora que tenés tiempo.
Habría que empezar a planear "grandes obras de la literatura en 5 cuadritos".
A ver, quién se copa?
Él decía "¡Ñales!"
Su ancestro decía "¡Leñas!"
Publicar un comentario